“ROMANCERO”

CONTEXTO HISTÓRICO LITERARIO - El “Romancero” es una de las producciones literarias españolas medievales. La Edad Media es un vastísimo período histórico que abarca desde el siglo V al XV. Estos diez siglos fueron, en sus comienzos, considerados como de profundo oscurantismo y retroceso. El nombre mismo con el que se los señala tiene valores despectivos, ya que es la Edad Media la edad de transición entre las maravillas de la Antigüedad Clásica y las del Renacimiento del siglo XVI. Esta evaluación del período es errónea y hoy podemos afirmar que la Edad Media es la matriz de la sociedad occidental actual.
El teocentrismo es uno de sus rasgos dominantes y el que contribuye a la unidad del período. Política, social y económicamente, el feudalismo es el sistema de organización medieval.
En España podemos señalar tres aspectos importantes: la influencia de los Visigodos, la invasión árabe en el siglo VIII y la Reconquista que finaliza en febrero del año 1492, con la expulsión de moros y judíos.
En el proceso de formación de la literatura española aparecen el Mester u Oficio de Juglaría y el Mester u Oficio de Clerecía. Este último es un oficio llevado adelante por los clérigos, hombres instruidos de época que se dedicaban a la creación literaria.

MESTER DE JUGLARÍA – Entre los siglos XI y XII los juglares son parte activa en la creación del perfil literario español. Juglares eran todos los que se ganaban la vida actuando ante un público para recrearlo con música, o literatura, o con charlatanería o con juegos de manos, acrobatismo, mímica, etc.; podemos caracterizar al juglar como un personaje social, protagonista de los espectáculos de la época.
La historia los señala también como personas de reputación dudosa por la vida ligera y libertina que solían llevar. Sin embargo,
aquellos que daban muestras de talento artístico vinculado con el canto y la ejecución de instrumentos, eran muy respetados. Unos se dedicaban al canto épico y otros al lírico, aunque se presume que en muchos casos cultivaban ambos géneros. Su función era entretener a todo tipo de público y se tiene noticia de que alrededor del siglo XII su espectáculo se realizaba en las cortes.
Estos profesionales del espectáculo fueron los encargados de transmitir, organizar y preservar el conjunto de composiciones que terminan de fijar sus caracteres esenciales hacia el siglo XV que se ha dado en llamar “Romancero”, y que se define como el conjunto de los romances tradicionales (populares, anónimos, variables) que se generan a fines de la Edad Media (siglos XIV y XV) y a comienzos del siglo XVI. Los romances son anónimos, no porque se haya olvidado el nombre del autor, sino porque son una creación colectiva. Hubo un autor inicial para cada poema, pero luego cada juglar que lo cantó, cada persona que lo fue transmitiendo oralmente a otra, pudo modificarlo un poco. Se olvidaron fragmentos, se le agregaron versos o se cambiaron palabras.
La publicación de los romances fue posterior a su popularidad. Por primera vez fueron publicados en los “Cancioneros” del siglo XVI. Posteriormente, en pliegos sueltos que tuvieron gran éxito.

LA PALABRA “ROMANCE” – El vocablo “romance” significó, en un primer sentido, lengua vulgar, por oposición al latín, cuyo uso era privilegio de los hombres cultos, letrados. También designó, desde la Edad Media, a las nacientes literaturas redactadas en esa lengua neolatina. Recién a partir de mediados del siglo XV el sentido de la palabra se restringe para denominar, exclusivamente, a las breves composiciones épico-líricas (es decir, composiciones en que alternan elementos objetivos y subjetivos), que se cantan al son de un instrumento musical.

DEFINICIÓN MÉTRICA – El romance es una serie indefinida de versos octosílabos con rima asonante en los versos pares. El romance era, en su origen, una serie indeterminada de versos de dieciséis sílabas, monorrimos y asonantados. Luego, al publicarlos, se prefirió la forma octosilábica que resulta de la división del verso primitivo en sus hemistiquios.

DEFINICIÓN POÉTICA – El romance es un breve poema épico-lírico destinado al canto. El carácter épico está dado por lo narrativo: se cuentan sucesos. A la vez son líricos, porque aparecen los sentimientos y emociones del autor frente a esos hechos. Ambos elementos poéticos se fusionan en el romance, integrando una unidad indestructible.

ORÍGENES – Existen tres posibles orígenes de los romances
1.  Refundiciones de los antiguos cantares de gesta - Los cantares de gesta eran grandes composiciones líricas que narraban las hazañas de los héroes. Los juglares realizan una labor que determina la continuidad del género cuando este corre el riesgo de agotarse. Así, los viejos poemas son reelaborados mediante adiciones, variantes, etc., que los renuevan parcialmente sin cambiar su núcleo fundamental, tomando las partes del cantar más llamativas, los episodios más atractivos, y agregándole lo que ellos percibían que al público más le gustaba. A eso se le llamó refundición, que a su vez fueron cambiándose casi naturalmente, al ser repetidas por el pueblo según lo que recordaban en el boca a boca.
2.  Noticia de algún hecho de la época - Otro origen son las noticias que el juglar, que era una persona itinerante, iba recibiendo de pueblo en pueblo. Estos acontecimientos también le servían al juglar para armar su romance. De esta manera, el juglar se transformaba en el único medio para conocer los hechos que estaban sucediendo en otras partes de España.
3.  Cantos de diverso origen – Como última fuente genética del “Romancero” podemos englobar en una misma categoría toda una serie
de cantos de tema estrictamente novelesco, como los relativos al ciclo carolingio (sector de la historia francesa relativa al emperador Carlomagno) y al ciclo bretón (el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda). También las baladas, canciones similares a los romances que se difunden por toda Europa en la misma época.

CLASIFICACIÓN – De acuerdo a los temas, los romances se clasifican en:
1.Romances heroico-caballerescos - Son aquellos derivados directamente de los cantares de gesta y las leyendas caballerescas. Exaltan a los héroes y sus aventuras.
2.Romances noticieros o históricos contemporáneos – Son los que informan sobre hechos de la época, generalmente relacionados con la guerra entre moros y cristianos, ya sea desde el punto de vista de los españoles (romances fronterizos) o de los árabes (romances moriscos). Estos últimos eran compuestos por autores españoles que adoptaban el punto de vista de sus rivales.
3.Romances novelescos - Son los que ponen en evidencia un tema de ficción.
4.Romances líricos – Son los que se centran en la expresión de emociones, más que en un relato.

PROCEDIMIENTOS LITERARIOS – Podemos hablar de una unidad de estilo en el “Romancero”, de ciertas inconfundibles constantes que se reconocen a nivel del lenguaje:
·Fragmentarismo: el fragmentarismo por el cual el romance se crea separándose de un cuerpo poético más extenso, da lugar a dos características casi permanentes: comienzo abrupto (se omite la presentación de los personajes y de las circunstancias que motivan su presente modo de actuar; a veces ni siquiera se menciona el nombre de los personajes) y final trunco (los romances plantean determinadas situaciones que cuando el autor cree ha llegado a su punto máximo, corta rápidamente).
·Reiteraciones: generalmente, tienen como función la de procurar un aumento de la fuerza emotiva del romance, a la vez que le dan musicalidad. Las repeticiones pueden darse en la reiteración de una misma palabra, pero también pueden darse las variantes de dicha palabra.
·Descripción: en los romances aparece una inclinación a lo estático, a la observación y al detalle; es común el tipo de descripción enumerativa, en la que se van sumando elementos.
·Diálogo: son muy raros los romances que se limitan a la simple narración. Lo corriente es que la narración se vivifique mediante la utilización del diálogo.
·Gusto por lo suntuario: hay una clara introducción en los romances de elementos finos y lujosos: oro, finas telas, joyas labradas, etc., es decir, lo que el pueblo que escucha el romance admira, pero no posee.
·Uso del diminutivo: su uso es muy particular porque no busca, como comúnmente ocurre en el lenguaje cotidiano, empequeñecer al objeto, sino asignarle un matiz nuevo: el afectivo.
·Actualización de sucesos: los hechos que son del pasado (para el narrador) se muestran como presente (para el lector). Esto se logra a través de varios procedimientos: utilización de verbos en presente histórico, cuando la acción ya es pasada, la utilización del apóstrofe encabezado con los verbos ver u oír, y la utilización del “ya” como elemento que da fuerza de presente a la acción.
·Gusto por lo sobrenatural y misterioso: En numerosos romances se crea una atmósfera misteriosa o sobrenatural que juega con lo impreciso y sugestivo.