LA GENERACIÓN DEL 98

La literatura española, que tras la decadencia del siglo XVIII había alcanzado un alto nivel en el último cuarto del siglo XIX, experimenta, al llegar el siglo XX, un extraordinario florecimiento.
Este siglo reaccionó, en su primer tercio, contra el arte realista, el racionalismo positivista y la moral burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, con una exaltada tensión al servicio de los más puros valores espirituales, estéticos, metafísicos y éticos.
En 1898 tiene lugar el desastre militar de Cavite y de Santiago de Cuba por el que España pierde sus últimas colonias ultramarinas. Los luctuosos sucesos de este año han sido considerados por algunos como la causa que habría dado lugar al grito de protesta de los escritores definidos más tarde como “los hombres del 98”. La protesta contra la política responsable de lo ocurrido y el deseo de una reforma radical en España existió, en efecto, pero su motivo fundamental no fue la derrota sino el descontento (anterior a ella) frente al ambiente político, social y cultural del país.
De acuerdo con esto, podemos hablar de una “Generación del 98” a la que se considera integrada por autores nacidos entre 1864 y 1881, todos ellos españoles. Fue Azorín quien en el 1913 acuñó el nombre de Generación del 98 para este grupo de autores con tendencias ideológicas y estéticas semejantes.

Como características básicas de esta generación podemos señalar:
1. La influencia en la formación de la mayoría de los escritores de la Institución Libre de Enseñanza y de la figura de Francisco Giner de los Ríos.
2. El idealismo, la “gravedad castellana” y un agudo espíritu individualista que les hace adoptar una postura lírica y subjetiva ante las cosas. Prescinden del ambiente y de las ideas tradicionales, y forjan un estilo, un ideal de vida y una imagen de España puramente personales. De ahí el choque con la sociedad de la época y la áspera crítica de la realidad circundante.
3. La actitud crítica que los hace denunciar la miseria económica y el estancamiento cultural por los que pasó España.
4. La devoción por los paisajes, la historia y los tipos humanos españoles.
5. En los que respecta a literatura, la atención de estos poetas se dirige hacia los primitivos medievales: Berceo y Manrique, hacia los clásicos olvidados: Góngora y Gracián, o hacia los que, como Larra, sintieron hondamente a España.
6. La búsqueda del sentido de la vida en sus términos más amplios y universales, volviendo a plantearse la existencia como un problema.
7. En lo que a estilo se refiere, la Generación del 98 proclama la necesidad de una vuelta a la sencillez, a la sinceridad, a la frase viva y expresiva, despreciando la retórica grandilocuente. Cabe agregar que por el fuerte subjetivismo del que están impregnadas las obras de esta generación, debe hablarse de un estilo personal de cada autor.
8. Como última característica se debe mencionar el amoroso estudio de España, pero también la búsqueda del conocimiento de la cultura europea. De ahí que se puedan señalar como influencias claras para esta generación a Ibsen, Schopenhauer, Nietzsche y Pascal.

Los autores representativos de la Generación del 98 son: Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Valle-Inclán, Ramiro de Maeztú, Manuel Machado y Antonio Machado. Algunos críticos incluyen también a Juan Ramón Jiménez.