FEDERICO GARCÍA LORCA

Federico García Lorca descubrió en su Andalucía natal los motivos que habrían de inspirar buena parte de su producción; asumió lo popular y le dio nueva vida, creando nuevos versos a la manera tradicional.

El folclore andaluz expresado en moldes tradicionales (el verso de arte menor, las rimas asonantadas, el romance) se combina en sus obras con una actitud vanguardista que se manifiesta en dos rasgos:

1. La concepción del símbolo y la metáfora audaz como eje del poema.

2. La referencia al mundo inconsciente del individuo, siguiendo el camino de los surrealistas.

Frente al poeta lleno de vida que cultiva los temas folclóricos y vuelve su mirada al mundo infantil, hay otro García Lorca con una visión de la realidad llena de dramatismo. Buena parte de su producción poética y teatral gira en torno a un sentimiento trágico:

1. La imposibilidad de realización personal del individuo.

2. El hecho de que los protagonistas de sus poemas son, con frecuencia, seres marginados portadores de un destino trágico: los gitanos, los homosexuales, los negros de Nueva York.

 

EVOLUCIÓN DE LA POESÍA LORQUIANA

 

Se pueden distinguir dos etapas en la poesía lorquiana:

1. Primera etapa: de 1918 hasta 1928. Comprende cinco obras: “Libros de poemas”, “Primeras canciones”, “Poema del cante jondo”, “Canciones” y “Romancero Gitano”. Es la época del Lorca tradicional, localista, centrado en lo andaluz.

2. Segunda etapa: de 1929 hasta 1936. Comprende cuatro obras:” Poeta en Nueva York”, “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, “Seis poemas gallegos” y “Diván de Tamarit”. Es la época del Lorca menos popular y, a la vez, más universal y vanguardista.

No deja de ser ilustrativo el modo en que se produce el paso de una etapa a la otra. Con el “Romancero gitano”, Lorca obtiene una gran popularidad; el público lo identifica como poeta de los gitanos y de lo andaluz. Sin embargo, se resiste a quedar anclado en un neopopularismo folclórico. Es entonces que cuando se produce su viaje a Nueva York, en 1929 y su técnica cambia: incorpora más notoriamente elementos surrealistas y su poesía se hace más densa, rehuyendo así el éxito que le habían procurado sus obras anteriores.

 

EL ESTILO

 

Hay que hacer hincapié en la atmósfera de misterio que el poeta creó en sus obras gracias a las imágenes, las metáforas y los símbolos. De esa atmósfera de misterio se deriva el intenso dramatismo de los poemas lorquianos.

Las imágenes y las metáforas son audaces, nuevas.

Los símbolos son muy abundantes en la poesía de Lorca. Así, la luna simboliza la muerte, el caballo simboliza la pasión y el mar simboliza la frustración erótica. También los colores tienen un significado simbólico: el azul se asocia al hombre y el rosa a la mujer, mientras que el verde simboliza la frustración erótica, la esterilidad, la muerte, la sexualidad equívoca.

 

“ROMANCERO GITANO”

 

García Lorca es, por un lado, popular y, por el otro, hermético (oscuro, complicado, cerrado a la fácil interpretación del lector); es también al mismo tiempo arraigado y universal; está también movido por un ansia vital desbordante y una oscura obsesión de la muerte.

Lo hermético aparece especialmente en ciertos libros de García Lorca, como por ejemplo “Poeta en Nueva York”. Sin embargo, hay también cierto hermetismo en el “Romancero gitano”. Es que las corrientes de vanguardia están siempre pesando, en alguna medida, en su obra. Pero el “Romancero gitano” es también poesía popular: en su romance se narra, como ocurría en el viejo romance; de aquí viene la concisión, la tendencia al diálogo, la intensidad emocional. Al mismo tiempo, García Lorca recoge la tradición del romance de los siglos de oro de carácter culto de donde tomó la opulencia del estilo, la artificiosidad esteticista. Por ello es posible afirmar que García Lorca expresa la tradición y al mismo tiempo la renovación de la poesía española al unir lo popular y lo culto. Hay en su poesía además la abundante presencia del lenguaje figurado, de la imagen, que vuelve a esta poesía tantas veces oscura.

García Lorca es un poeta arraigado: hay en su literatura una permanente evocación general de España, que no se reduce meramente a Andalucía. Al mismo tiempo, García Lorca es universal, expresa la sensibilidad y la problemática del hombre de cualquier tiempo y espacio.

 

LO “GITANO” EN SU OBRA

 

Lo primero que debemos anotar es lo equívoco de caracterizar a García Lorca como un poeta gitano. Él mismo rechazaba esta caracterización. Nada tenía García Lorca de gitano. El saber algunos términos en caló, que es el argot de la gitanería, es cosa de que todo andaluz puede jactarse. Pero de allí a pertenecer a este mundo hay enorme distancia.

Según parece, el gitano español está solo relativamente vinculado con las bandas de “zíngaros” o húngaros aparecidas en toda Europa y al parecer desde las riberas del Danubio. Con todo, su folklore se asemeja en algo al del gitano europeo en general, como también sus curiosos trabajos de orfebrería en metal y su gusto por vestir ropas de colores llamativos.

García Lorca descubre que “el gitano es lo más importante de Andalucía…” No de la Andalucía que se ve sino de la “que se siente”. Descubre en él un mito que engendra otros. No es la “realidad” sino que nace de ella, se apoya en ella. Pero, ¿qué “realidad” es esa?

García Lorca no ha pintado propiamente al gitano nómade, de la tribu o aduar. El gitano de García Lorca es más bien un marginado; un hombre arrojado por las ciudades andaluzas al arrabal, y transformado allí en un ser a medias social. Es que este gitano defiende aún con las uñas y dientes su condición de tal; sintiéndose marginado, se vuelve más agresivamente orgulloso todavía, y, al no aceptar sino la ley de su tribu, vive en rebeldía con respecto a la ley general. La Guardia Civil se vuelve, así, el enemigo siempre presente (y siempre al fin triunfante) de este gitano de García Lorca.

 

LAS CARACTERÍSTICAS DEL ROMANCERO GITANO”

 

Desde el punto de vista estrictamente poético se ha señalado la presencia de tres mundos en el “Romancero gitano”:

Ø Por un lado está el mundo de los personajes, en el cual el gitano representa a la vitalidad y la pasión, en tanto la guardia civil encarna el orden impuesto y frío.

Ø Por otro lado está el mundo de las imágenes beatas o santas: la Virgen María, San José, Santa Olalla, los arcángeles.

Ø El tercero sería el mundo de lo indecible o misterioso: ese mundo en el cual el viento aparece como un gigante (“Preciosa y el aire”), o la sangre como una serpiente (“Reyerta”), o la luna como ser capaz de derramar maleficios (“Romance de la luna, luna”).

Hay que destacar el carácter mítico que presenta la poesía del “Romancero gitano”. El mito es una modalidad cognoscitiva distinta de la conceptual o racional. Se funda en un sentimiento de continuidad del hombre y la naturaleza. La mentalidad primitiva, propiamente, es la que establece entre el hombre y el cosmos una relación de acción mutua. Así ocurre en la poesía del “Romancero gitano”: fenómenos de la naturaleza, como la luz, se convierten en presencias femeninas (La luna vino a la fragua…”).

Es fácil hallar en el mundo poético del “Romancero gitano” abundancia de símbolos y arquetipos. Algunos de ellos son la luna y el toro, vinculados desde antiguo por la forma de la luna creciente y los cuernos del animal, el pez, el laberinto, el espiral.

En el libro coexisten poemas muy directos y de comprensión fácil con otros relativamente impenetrables. El “Romance de la luna, luna” puede representar bien el hermetismo relativo de un sector del libro.