LA NOVELA PICARESCA

La novela picaresca es una narración generalmente en forma autobiográfica, de las aventuras de un pícaro, que tienen como fondo la descripción del medio social y expresan una determinada concepción de la vida. Es uno de los géneros narrativos que florecen en España desde fines del siglo XVI hasta mediados del XVII.
El realismo en la novela picaresca se manifiesta en la pintura de las costumbres, en la representación de la vida social; pero es exclusivamente la expresión de las clases miserables. No hay una novela picaresca de la clase aristocrática.

EL PÍCARO – Hay infinidad de etimologías posibles de la palabra pícaro: podría derivarse de “pico”, que significa facilidad en el decir; según otros, proviene de “pica”, que quiere decir lanza; según otros, de “picardo”, que sería el natural de Picardía.
El pícaro es un tipo humano bien definido y caracterizado en sus rasgos esenciales: es un hombre desamparado por la sociedad, de origen humilde, que procede de una familia de ínfima condición social y moral. El desamparo en que se encuentra frente a la sociedad, lo lleva a valerse exclusivamente de sus propios recursos: el hambre aguza el ingenio. En efecto, de espíritu vagabundo, dilapidador, indisciplinado, aventurero, el pícaro es incapaz de ganarse su pan con el trabajo. Suple esta incapacidad para ganarse la vida honradamente, con su industria y su ingenio.
Comienza realizando hurtos leves, de escasa importancia; vive del fraude; nunca recurre a la violencia. Su conciencia llega a depravarse de tal modo que el pícaro pierde hasta la noción del mal en ciertos delitos, pero nunca es un delincuente. Es una mezcla de estoico y cínico: es impasible a los sufrimientos y de espíritu aventurero que no respeta normas.
Espiritualmente es insensible: ni la compasión, ni el amor, ni el desinterés, hacen mella en su espíritu. Las pasiones, como ser amor y odio, le son desconocidas. Sin embargo llega, en algunos casos, a socorrer a sus propios amos; y si la fortuna se vuelve próspera, hasta puede llegar a regenerarse y vivir con tranquilidad, sin otros ideales que su moral materialista y mezquina.
LAZARILLO DE TORMES

En el mismo año, 1554, aparecen tres ediciones, dos de ellas españolas (la de Burgos y la de Alcalá) y una tercera, la de Amberes, flamenca. La edición de Burgos parece ser la primera de las tres y, por tanto, el texto más fiel y genuino.
La obra se difundió en España, donde tuvo un éxito inmediato, hasta que en 1559 la Inquisición la prohibió, incluyéndola en el Índice Expurgatorio. En 1573, aparece una versión expurgada bajo el nombre de “Lazarillo castigado”; se le suprimieron dos tratados: el IV y V (fraile de la Merced y el del buldero) y algunos trozos intercalados.
La obra se publicó en forma anónima, sin que pueda hasta hoy darse una identidad que se apoye en datos certeros.
En 1831 se publicó la primera edición moderna del texto primitivo íntegro.

EL ESTILO - El estilo del “Lazarillo” es eminentemente popular. Se encuentran los descuidos propios del habla familiar. En todas sus páginas se aprecia la naturalidad y llaneza de dicción. Las frases son generalmente breves y concisas.
El curso de las acciones en la novela es rápido, de un pasaje pasa repentinamente a otro, y la trama no es monótona, sino que presenta sus altibajos, que le dan gran agilidad a toda la obra.

ESTRUCTURA - La obra está estructurada en siete tratados, que nos informan de nueve oficios cumplidos por Lázaro, los que significan nueve amos distintos. Estos nueve amos no tienen la misma importancia ya en lo que se refiere al lugar que ocupan en la novela, ya en la incidencia que tienen en la educación de Lázaro.
Como elemento clave de esta estructura aparece, desde el comienzo, la vivencia del hambre, de un hambre física, irresistible, que nunca se sacia. Ella constituye el motor de la acción, ya que anima al protagonista, lo lleva a actuar.