España ingresa al Renacimiento a partir del reinado de los Reyes Católicos, que marca una profunda línea divisoria entre la época medieval y la modernidad inaugurada por la concepción renacentista.
El Renacimiento español es más tardío que el italiano. La introducción de la imprenta en España (1474), el descubrimiento de América y la conquista de Granada (1492), que aseguran la unidad nacional bajo el creciente poderío de los Reyes Católicos, la influencia del humanismo y, en particular, de Erasmo, preparan la eclosión cultural (fundamentalmente literaria, pero también plástica y musical) que durará dos siglos y se llamará el “Siglo de Oro” español.
Particularmente en España se produjo una fusión de la ideología de la nueva época con caracteres medievales que se mantuvieron. Se logra una síntesis de lo tradicional, lo popular (Cantares de Gesta, “Romancero”), con lo culto.
Pueden señalarse dos épocas dentro del Renacimiento español: un pre-Renacimiento en el siglo XV, y un pleno Renacimiento en el XVI. En este último se distinguen dos perío-dos: el de Carlos V, en el que España se abrió a todas las influencias extranjeras (la lírica de Gacilaso, por ejemplo, inspirada en la poesía italiana), y el de Felipe II, en que este país se cerró a todas esas influencias, defendiendo así sus ideales políticos y religiosos (por ejemplo, la poesía mística, representada por San Juan de la Cruz).