¿Será verdad que
cuando toca el sueño
con sus dedos de
rosa nuestros ojos,
de la cárcel que
habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
¿Será verdad que,
huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna
al tenue soplo,
alado sube a la región
vacía
a encontrarse con otros?
¿Y allí, desnudo de
la humana forma,
allí, los lazos
terrenales rotos,
breves horas habita
de la idea
el mundo silencioso?
¿Y ríe y llora y
aborrece y ama
y guarda un rastro
del dolor y el gozo,
semejante al que
deja cuando cruza
el cielo un meteoro?
¡Yo no sé si ese
mundo de visiones
vive fuera o va
dentro de nosotros,
lo que sé es que
conozco a muchas gentes
a quienes no conozco!
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER