ROMANTICISMO


El Romanticismo es un vasto movimiento artístico-literario, que se extiende desde las últimas décadas del siglo XVIII hasta fines del XIX. Un siglo, pues, dominado por una corriente que transformó no solo la actividad literaria, musical y plástica, sino la filosofía y la política y, por supuesto, la vida cotidiana.

LUGAR DE ORIGENSus orígenes hay que buscarlos en el siglo XVIII, fundamentalmente en la cultura alemana, donde se produce el movimiento llamado Sturm und drang (“tormenta y pasión”) que defiende la creación literaria al margen de las reglas clásicas y revaloriza la expresión artística de los sentimientos y las vivencias. Esta sensibilidad prerromántica se manifiesta también pronto en Inglaterra y se extiende finalmente por toda Europa. Constituyó una reacción contra el Neoclasicismo del siglo XVIII, que rendía culto a lo equilibrado, lo racional, buscando un arte cargado de reglas que se quedaba en la imitación de los clásicos, sin autenticidad. El prerromanticismo renueva el gusto por la naturaleza, el desborde de la subjetividad, la tradición y el folklore nacional.

CAUSAS DE SU SURGIMIENTO – El motivo de la aparición del Romanticismo, es que un amplio sector de la sociedad de la época tenía razones de orden político, social y artístico para desear un cambio en las formas expresivas.
En el orden político, el sistema operante, la monarquía absoluta, se resquebraja; primero, por la emancipación de las colonias de Estados Unidos de Norteamérica en las que se forma una República que objetó el poder colonial, y luego por la Revolución Francesa que impugnó el poder del rey. De esta forma la aristocracia cede lugar a la burguesía, nueva clase social que aspira al poder político.
En el orden social, el despertar de la individualidad se apoya en los filósofos de la escuela del “Derecho Natural”, que parten de la base de que el hombre posee derechos inalienables, emanados de la propia persona humana, por el simple hecho de vivir. Al mismo tiempo, la burguesía conforma un nuevo público con un modo de vida distinto y movilidad social diferentes a la aristocracia, que requiere ser satisfecho.
En el orden artístico, la presencia de la burguesía con formación intelectual diferente a la aristocracia y con gustos y sensibilidad distintos, exige formas expresivas también distintas. Por otro lado, el agotamiento de las formas y temas clásicos usados por los autores neoclasicistas de los siglos XVII y XVIII, hace necesaria una renovación radical.

ORIGEN DEL NOMBRE –Su nombre tal vez deriva del sustantivo francés “roman” (relato de aventuras) o del adjetivo inglés “romantic”, que calificaba a cierto tipo de cuadros campestres, con paisajes crepusculares o nocturnos, de carácter marcadamente melancólico.

CARACTERES DEL ROMANTICISMO – El Romanticismo presenta una serie de características íntimamente relacionadas una con otra y que se condicionan entre ellas. Estos caracteres se dan en partes y en forma más o menos diferenciada según el país de que se trate y más aún, de acuerdo con cada individuo.

1º. Individualismo. - El hombre romántico tiene una conciencia aguda y dolorosa de la propia personalidad, de ser distinto a los demás, y afirma constantemente ese “yo” frente a lo que le rodea. En algunos casos llega a sentirse superior a todo lo otro: exalta su propia sensibilidad, sus emociones, su genio, pero también su desgracia o su infelicidad.
a) Rebeldía - El estado de ánimo que mueve a los románticos es la rebeldía, que se traduce en una constante actitud de inconformismo. No acepta la sociedad de la época, de la que señala sus defectos, ni desde el punto de vista político acepta el sistema imperante: la monarquía.
b) Egocentrismo - El individualismo extremo origina el egocentrismo; para el romántico todo gira alrededor del yo, por lo tanto, siempre habla en primera persona, a menudo protestando por la incomprensión de su sociedad, por el desconocimiento de su genio individual.
c) Orgullo - Debido a esta tendencia a verse él solo, el hombre romántico tiende a exaltar su orgullo, se siente distinto y superior al resto de los hombres. Es un incomprendido soberbio que está aislado por incapacidad de la humanidad para comprenderlo.
d) Desengaño - El choque entre el yo romántico y la realidad que no da satisfacción a sus anhelos e ideales produce en el artista romántico un hondo desengaño, un tedio y un hastío vitales que lo llevan a un violento enfrentamiento con el mundo y a rebelarse contra todas las normas morales, sociales, políticas y religiosas.
e) Populismo - Se revalorizan los elementos populares, como la música, el canto, las narraciones del pueblo. Se busca conocer lo que tiene de particular y específico el espíritu de cada nación. De ahí la obsesión por buscar las raíces de cada pueblo en su literatura y su cultura.
f) La libertad - Hay una exaltación de la libertad; solo en libertad se alcanza la plenitud. En el arte, la libertad está vinculada con lo formal, la negación a dejarse limitar por reglas prefijadas. En la vida cotidiana, tiene que ver con un estilo libre y desprejuiciado de vivir, en un modo de vida bohemia, descuidada, como puede verse en el propio Bécquer en determinado momento de su vida. En muchos casos esta forma de vida los llevó a la enfermedad (tuberculosis, como en Bécquer) y la muerte. El romántico, por lo tanto, se presenta muchas veces como un inadaptado social.

2º. Subjetivismo. - Frente a la razón se levanta la bandera el sentimiento, de ahí la importancia de emociones, sueños y fantasías. El hombre romántico profundiza minuciosamente en sí mismo o en sus personajes. Su actitud de búsqueda interior lo lleva a descuidar el mundo que lo rodea y refugiarse en lugares solitarios.
Eso mueve a la incomprensión del mundo hacia la persona del poeta; esta incomprensión, que puede manifestarse en rechazo, aumenta el distanciamiento. Porque al sentirse rechazado el romántico se aleja más aún.

3º. La naturaleza. - Una de las características fundamentales del Romanticismo es la revalorización de la naturaleza, captada subjetivamente por cada poeta y por lo tanto sentida en forma distinta por cada uno.
El caminante sobre el mar de nubes - 
Caspar David Friedrich, 1818
A veces la naturaleza es sentida como espectadora indiferente o agresiva, pero no por eso deja el romántico de percibir su hermosura. El paisaje del romántico puede ejemplificarse así: una alta roca a orilla del mar que rompe sus grandes olas contra ella, es una noche tormentosa cruzada por relámpagos y un viento huracanado que curva las cercanas copas de los árboles.
Para otros la naturaleza es fiel intérprete del estado de ánimo en que se encuentra el poeta en ese momento; a esto se le llama paralelismo psicocósmico.
Las horas del día más buscadas por el romántico son los crepúsculos matutino y vespertino, especialmente este último, y la noche también, en ella puede dejar vagar su fantasía. Una descripción de esta actitud la encontramos en la leyenda de Bécquer "El rayo de luna".
Al romántico le gustan los aspectos lúgubres de los paisajes: ruinas y cementerios le atraen porque encuentra un paralelismo con su alma que, metafóricamente, suele estar en ruinas o muerta, o por contraste porque en su alma no hay paz y tranquilidad. De las estaciones prefiere el otoño porque estimula su melancolía. El amor a la soledad lo impulsa a los campos, los bosques, las montañas y el mar, para alimentar sus ensueños más que para describir sus bellezas.

4°. Evasión de la realidad. - Como el romántico no se siente a gusto con el lugar y la época que le tocó vivir y como es incomprendido por la sociedad suele evadirse por diversas vías.
a) En el ámbito intelectual: los sueños. En el romántico hay una ampliación del cauce imaginativo; la mente aparece llena de visiones, que forja la imaginación en vigilia, crea o atrae hacia sí fantasmas y figuras inmateriales, entes abstractos, con los que establece diálogo y relación.
b) En el ámbito temporal la evasión se establece hacia el pasado y se relaciona con la búsqueda de las raíces nacionales.
Es así que el romántico elige la época que es más de su gusto: la Edad Media, que le proporciona un entorno misterioso, con hadas y duendes y extraordinarias aventuras en las que intervienen seres extraños que representan fuerzas ocultas que atraen, seducen o pierden a los protagonistas.
c) En el ámbito espacial la búsqueda evasiva de lejanos lugares lleva al romántico al Lejano Oriente (Japón, China) o a lugares inexplorados y selvas vírgenes, especialmente de América. Esto constituye lo que llamamos exotismo.

5º. El tono romántico. - El desborde de su sensibilidad produjo en el romántico una actitud diferente al resto de la sociedad, que se tradujo en una forma exterior de ser y expresarse.
a) El tremendismo. Consiste en el gusto por la desproporción, que lo llevó a que gustara de lo raro y exótico, pero también de lo deforme y feo, como formas exacerbadas del individualismo, así como aspectos exaltados y delirantes de la fantasía en la que se mezclan el gusto por lo satánico, lo sepulcral, apariciones sobrenaturales, crímenes horrendos
b) La grandilocuencia. Es del gusto romántico un lenguaje pomposo y brillante en el que abundan las metáforas y un vocabulario grave que tiende a lo grandilocuente.
c) El Mal del Siglo. Es un estado de ánimo que dominó en mayor o menor grado a todos los románticos y que está compuesto por:
· melancolía: es decir una tristeza suave adherida a su personalidad que se origina en su pasado, un origen incierto, un amor perdido; o en su presente, un amor contrariado, etc.;
· nostalgia: por estar alejado y extrañar su familia, un amor, su patria, etc.;
· tedio de la vida: por no encontrar nada que lo motive o estimule o le produzca alegría o dolor;
· insatisfacción: el romántico está insatisfecho permanentemente de todo, de sí mismo, de sus logros, del lugar y época en que le tocó vivir (de ahí la evasión antes mencionada) de lo que tiene, etc.