El frío cruza los cuartos
de la soledad
hay vidas en los espejos
queriendo escapar.
La casa que era mi alma
solo guarda soledad
besos restos de felicidad.
Nada de ti, nada de amor,
nada de dicha en el corazón
no más problemas entre los dos
solo cigarros, tango y alcohol.
Espero que abras la puerta
una vez más
aún brindo con sangre eterna
pero ya no estás.
La casa que era mi alma
tiene almas riéndose
soles, lunas, sueños de Morel.
Nada de ti, nada de amor,
nada de dicha en el corazón
no más problemas entre los dos
solo seguir viviendo.
Llegan las mareas y te vuelvo a ver
sangre de tus ojos dicen que estás bien
cuando las luces del cielo se apaguen
voy a decirte que yo no te quise perder.